Freitag, März 4

Criando y mandando malas señales a nuestros hijos

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Erziehen und falsche Signale an unsere Kinder



Todo padre de familia conoce ese momento lleno de ira y desesperación cuando nuestros hijos desarrollan ese sentido de independencia y no ceden o no obedecen a lo que nosotros les exigimos en ese momento, el enojo crece con cada segundo y muchas veces nos volvemos muy agresivos e intolerantes debido a la impotencia y exasperación y decimos cosas de las que estoy segura nos arrepentimos una ves fuera de nuestra boca y desearíamos nunca haber pronunciado, es muy importante que aprendamos de nuestros errores y pidamos perdón si sentimos que nos excedimos y demostrar así a nuestros pequeños que es de humanos errar y que nadie es perfecto, incluso nosotros como padres maduros y con experiencia no lo somos.

En uno de los tantos libros sobre crianza que he leido remarcan mucho que la crianza tiene mucho que ver con la relación que tenemos con nuestros hijos.  ¿A qué se refiere esto? Pues muchas veces nosotros los adultos estamos acostumbrados a quedar bien y a eludir las cosas y mejorarlas para que no se escuchen tan mal, mandamos señales equivocadas a nuestros hijos, que ellos, al ser pequeños son muy poco complicados y realmente auténticos, cuando ellos quieren algo no se andan con rodeos, dicen "quiero, dame, no me gusta" sin ningún problema y no se hacen líos pensando en que podremos decir nosotros al respecto y como no estamos hablando el mismo idioma que ellos pues empiezan los conflictos a la hora de obedecer y de acatar ordenes. En pocas palabras a los niños les crea conflicto entender que los adultos les pidamos cosas hipócritamente cuando en realidad estamos exigiendo o esperando que dichas acciones sean ejecutadas sin más.

Los autores ayudan a entender un poco más esas falsas señales que nuestros hijos como receptores reciben y la llaman "El drama de las "buenas" palabras"

Damos por hecho que estamos comunicándonos de una manera amigable con nuestros hijos al pedir las cosas por favor, después al alterarnos porque como no nos hacen caso, les tenemos que repetir a los niños más de dos veces lo que esperamos de ellos, al no reaccionar nos ponemos gritones y agresivos y todo acaba en un circulo vicioso que no era nuestra intención y al final quedamos desanimados y desgastados por estar viviendo una situación muy poco agradable y sobretodo que no pensábamos terminaría así.. ¿Pero porqué no funciona este proceso y porque caemos una y otra vez en el mismo error?

El principal conflicto consiste en que pretendemos ser amables y comprensivos cuando en realidad no lo somos, pues al momento de dar una orden o de exigir algo las adulaciones no caben en el contexto.

Si nosotros al igual que nuestros hijos fuésemos más auténticos y dejásemos de lado un poco las adulaciónes   y pidieramos simplentene lo que realmente necesitamos sin tanto  rodeo el proceso sería más fácil y nos evitariamos así tantos dramas, sugieren los autores: Jan-Uwe Rogge y Angelika Bartram, en su libro: "Wie sie reden damit ihr kind zuhört & wie sie zuhören, damit ihr Kind redet" (como hablar para que su hijo escuche y como escuchar para que su hijo hable)

Les pedimos a nuestros hijos cosas equivocadamente, sugerimos y mandamos falasas señales al momento de comunicarnos con ellos, decimos cosas como "¿Me harías el favor de cambiarte? ¡Por favor!", "Ya nos tenemos que ir al Kinder", "vamos a perder el autobús", "ya perdimos mucho tiempo porque estas jugando en lugar de vestirte" los autores nos sugieren que en lugar de usar el "nosotros" como elemento de nuestra comunicación seamos más auténticos y digamos lo que realmente esperamos de los niños, como personas autónomas incluyendo el (YO).

Tendríamos que usar frases como: "(yo) quiero que te vistas" "te voy a llevar al Kinder, alistate ya", o "sino te apuras vas a perder el autobús, espero que te des prisa",  "sabes que quiero que te vistas y que no pierdas el tiempo jugando"

Si dejamos el plural y lo cambiamos a lo que nosotros esperamos de ellos con un "YO" la comunicación es más clara ya que el "yo" marca barreras y deja un espacio entre una y otra persona, lo que todo niño al crecer necesita, entre más crecen nuestros hijos más espacio y más distancia necesitan de nosotros, su naturaleza les exige que se sepan valer por ellos mismos y que sobrevivan, un "no" como respuesta muchas veces es resultado de querer encontrarse a si mismo, y más aun, un no acompañado de una mala comunicación no es signo de rebeldía, sino de falta de congruencia, porque los niños muchas veces ni siquiera entienden que es lo que realmente queremos de ellos cuando escondemos nuestras necesidades con cortesías y adulaciones falsas y disfrazadas de amabilidad cuando en realidad no estamos pidiendo un favor sino estamos dando una orden que hay que seguir en ese momento.

Muchas veces el simple hecho de ponernos a la altura de nuestros hijos, mirarlos a los ojos y pedirles claramente lo que esperamos nos evitan una gran discusión. por ejemplo: "tengo que llegar temprano al trabajo, ponte tu chaqueta y no quiero que te distraigas" es mucho más claro y preciso que decirles a nuestros hijos: "Si te distraes otra ves llegaremos tarde a la escuela y al trabajo, hoy no podemos desperdiciar el tiempo"


Es por eso que debemos de aprender a comunicarnos con nuestros hijos para evitar las peleas eternas y las discusiones por que se distraen a la hora de vestirse, porque no hacen lo que queremos o simplemente porque fingimos darles espacio y oportunidad de elegir una decisión cuando en realidad ya lo habíamos decidido mucho antes de preguntarles su opinión.

"Los niños dicen lo que desean y quieren claramente, y eso es lo que también esperan de nosotros"

En resumen, al momento de delegar obligaciones evitemos dar ordenes pidiendo las cosas por favor,  al momento de pedir un favor le estas dando una oportunidad a la otra persona, en este caso a tu hijo de que se niege, y está en su derecho, así que piensa realmente si es justo que te enojes la próxima ves que pidas las cosas que realmente quieres exigir "por favor"...

Mandar mensajes claros y cortos de lo que YO espero de TI. "quiero que te portes bien", "Espero que  te apresures y no te distraigas, tengo una cita importante a la cual no quiero llegar tarde" en lugar de: "hoy nos vamos a portar bien" ó "no nos vamos a distraer y a perder el tiempo, sino llegamos tarde"

Démosle la posibilidad a elegir a nuestro hijo, sólo cuando realmente tenga una opción y no cuando ya hayamos decidido desde antes lo que procede en la situación, es decir no le demos falsas esperanzas de lo que puede hacer o no, pues lo confundimos y se vuelve rebelde,  por ejemplo: "Vamos a ir con tu abuela, ¿Quieres ir?", sólo es valido si en realidad lo vamos a dejar en casa en dado caso que el niño diga que no tiene ganas de ir, por el contrario si le preguntamos lo mismo y se niega y le damos un "sermón" de que tiene que ir a ver a su abuelita porque ella se alegra y bla bla bla es un engaño ya que realmente no le estamos dando una opción a decidir... deberíamos mejor decir: "Voy a ir a visitar a tu abuela, me gustaría que vinieras, pienso que tu abuela se alegraría mucho" en lugar de dar falsas señales.

¿Qué tal te pareció este post? ¿Tienes alguna sugerencia? Me encantaría leerla ¡Mira que me he quebrado la cabeza traduciendo un poco de este maravilloso libro que me ha acompañado a lo largo de estos "rebeldes y turbulentos años de crianza"!





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